Sí, todo lo que pueda hacer para ayudar a que este mundo sea un poco mejor, lo haré feliz. Por eso cuando Blanc Pescador me propuso visitar el CRAM (Fundación para la Conservación y Recuperación de Animales Marinos) con motivo de la creación de una Edición Especial así como el apadrinamiento de Ona, no me lo pensé ni un segundo, es más, me sentí afortunada al saber que habían pensado en mi para una acción tan bonita.
Y con esta premisa, me dirigí al CRAM (los que me seguís a través de snapchat lo visteis en directo) para conocer a Ona, 4×4, Massagran y a varias tortugas más, cetáceos y aves marinas que se encuentran en el centro curándose de las heridas provocadas por el hombre para que en el mínimo tiempo posible, puedan volver a su hábitat.
Más de 20 años lleva CRAM en funcionamiento con más de 500 tortugas marinas, atendido a más de 400 cetáceos y cientos de aves marinas que han sido reintroducidas en su hábitat. Además, la Fundación ayuda a recuperarse a todos los animales que han sufrido alguna agresión o que tienen alguna enfermedad en su centro ubicado en El Prat del Llobregat.
En la visita, realizaron un simulacro de cómo se atiende a una llamada de urgencia en el caso de los desfiles. ¿Sabías que pueden estar más 10 días dentro el mar realizando el tratamiento? En estos casos necesitan el máximo de voluntarios posibles para que el animal no sufra ya que si siente mucho estrés puede fallecer.
Fue una visita muy bonita y especial ya que la hice muy bien acompañada. Y es que realmente en días como los de ayer me doy cuenta de lo ajena que vivo de todo lo que ocurre a mi alrededor y cómo afecta todo lo que hago en mi día a día…. Hasta tirar un palo de caramelo en la playa puede ser un gesto mortal para un animal marino ya que por ejemplo muchas tortugas mueren por esa casa así como las miles de toneladas de plástico que hay en los mares y océanos.
Lo bueno del CRAM es que abren las puertas a todos los que quieran conocer el centro, saber qué les pasa a las tortugas y cetáceos que necesitan su ayuda. Además, ayer pudimos limpiar los caparazones de las tortugas, concretamente de Massagran, algo que nos explicaron, agradecen mucho ya que cuando están en su hábitat lo hacen con las rocas.
También pudimos dar de comer a algunas tortugas para ver más de cerca, su magnitud y finalmente, conocer a Ona, la tortuga de Blanc Pescador tiene apadrinada hasta que pueda volver a su hogar. Ella fue herida por la hélice de un barco en tres sitios diferentes, una de ellas casi termina con su vida… Actualmente está cuidada por los trabajadores y voluntarios que acuden cada día felices al CRAM.
De verdad que no sabéis la buena energía que viví ayer gracias a todas las personas que lo hicieron posible. Desde CRAM a Blanc Pescador hasta la agencia Tree House que organizó esta tarde que terminó con una deliciosa copa de Blanc Pescador, vino de referencia de la dieta mediterránea y ha hecho que se mantenga hasta hoy como uno de los blancos más vendidos de España.
Por cierto, no quiero terminar sin contarte que Blanc Pescador donará un porcentaje de las ventas a la Fundación para ayudar a proteger la biodiversidad marina frente amenazas globales a través de pequeñas acciones locales como esta colaboración.
¡Espero que te haya gusto el post y que tengas un muy buen día!
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